Prevención Humboldt Xochimilco

Esta es una publicación del Colegio para todos los alumnos. Quien la inicia es el Psicólogo de la escuela con la idea de que pronto deje de ser solo una creación de él y se vuelva una creación de todos los que la lean. Tratará de temas como relaciones de pareja, drogas, sexo, relación con la familia, escuela y muchos como esos pero también de música, películas, libros, cultura y todo lo que se me ocurra o se les ocurra. Espero que les guste.

8/31/2006

Relaciones destructivas, ¿has vivido en una?

Todos hemos escuchado hablar de parejas que van mal. En algunos casos es porque se pelean mucho, en otras porque alguno, o los dos, es infiel, en otras porque alguno de los dos quiere estar siempre con el otro y no le da espacios, la lista puede ser muy larga y las razones inagotables. Es muy posible que de hecho gente cercana a nosotros haya estado o este en relaciones de este tipo. Pero, ¿la frecuencia de este tipo de relaciones las hace buenas o normales?

En el estricto sentido de la palabra normal, es decir, que se adapte a la norma, es posible. Y esto porque en ocasiones las normas y lo común están ciertamente más emparentados con aquello que nos hace daño y se aleja de esa salud deseable en la vida de cualquier persona. Al ser tan comunes este tipo de relaciones llega el punto en que algunos comportamientos que ocurren al interior de ellas son percibidos por una gran cantidad de gente como ligadas al amor de pareja, como elementos indispensables de una relación y que estos elementos demuestran que tanto las personas en la pareja se quieren.

Es este factor de ser común lo que dificulta que algunos de estos comportamientos sean colocados en su justa proporción y, por tanto, su frecuencia se mantiene y normaliza, es decir, adapta a la norma, aquello que no es tan conveniente. El círculo se cierra: es común, por lo tanto es normal, entonces no hay problema si pasa. Así como es difícil negar la existencia de una gran cantidad de parejas que viven estas situaciones y que llevan a la perpetuación de este círculo de percepciones en el común de la gente también es difícil negar que la gente involucrada en estas relaciones sufre. Y sufre más de lo que puede llegar a gozar en cualquier punto de las mismas. Sin darse cuenta el sufrimiento se vuelve la constante que mantiene unida a la pareja.

Sin duda el panorama se muestra como uno complicado y de difícil solución. Es cierto, lo es. Pero es posible encontrar posibles soluciones a muchas de las situaciones de vida que se nos presentan, esta no es la excepción. Un paso muy importante para la solución de cualquier problema, no solo importante sino indispensable, es, precisamente, darse cuenta de la presencia del mismo. Si no se ve el problema el problema no puede ser atendido y solucionado

Para ver el problema nuestras preguntas pueden ser las siguientes: ¿Qué caracteriza a las relaciones de este tipo?; ¿Qué características de mi en la relación me pueden llevar a identificar la problemática? El planteamiento del problema es personal, una vez resueltas las dos preguntas anteriores cada persona podrá decidir, al reflexionar sobre sus respuestas, si existe tal problema y, en caso de ser así, como abordarlo para poder llegar a una posible solución.

La respuesta a las preguntas planteadas antes está en la información. Así que vayamos a leer un poco de esta información pero vayamos en orden. Primero hablemos sobre lo que caracteriza a las relaciones de este tipo.

Relaciones destructivas.

Estas relaciones las podemos caracterizar por la presencia de agresiones verbales, físicas, psicológicas que repercuten directamente en la libertad, salud y desarrollo integral de uno o de los dos miembros de la pareja. Generalmente en estas relaciones los miembros de la pareja están involucrados de una manera invasiva en las actividades y relaciones sociales del otro, dejando poco espacio para un desarrollo de ese otro en relación a otras personas que no sean la pareja.

Además de las dificultades generadas al interior de la pareja es posible que los familiares cercanos, amigos y compañeros de trabajo de los miembros de dicha pareja vivan algunas de las consecuencias de la problemática presentada. Es posible que las familias tomen bandos, es decir, que apoyen a su familiar directo, llevando a un enfrentamiento de ambos grupos familiares.

Los amigos resienten las problemáticas de pareja al ser partícipes del conflicto escuchando lo que amigo les dice sobre su pareja, también puede ocurrir que se de una alejamiento de la persona con su grupo de amigos, generando conflictos al interior del mismo. Los compañeros de trabajo, profesores o personas ligadas a una de estas personas en alguna actividad académica o profesional viven el conflicto en tanto que este repercute en el rendimiento de las personas de forma directa. En el ámbito académico esta bajo del rendimiento se puede caracterizar por un descenso en las calificaciones, ausentismo, dificultades con los compañeros de clase y con las autoridades, entre muchas otras.

Las agresiones, como se mencionó, se pueden presentar de diversas maneras, entre éstas están las verbales, las físicas y las psicológicas. Al hablar de agresiones verbales estamos refiriéndonos a insultos, amenazas, manipulación, devaluar al otro, culpar al otro, y muchas más. La constante en todas ellas es que la comunicación verbal, y no verbal también, que se establece entre los miembros de la pareja es nociva para la salud mental del otro en tanto que afecta la percepción de si mismo, le hace sentir incómodo y le puede generar sentimientos de culpa en relación a si mismo y a su pareja.

En relación a las agresiones físicas podríamos decir que son las más notorias, las que más fácilmente nos vienen a la mente cuando pensamos en las relaciones de pareja destructivas. Entre las principales podemos señalar los golpes, rasguños, empujones, apretones, el lanzar objetos al otro, etc. Estas agresiones dejan secuelas a nivel fisiológico y se convierten en el signo más evidente, al menos para las personas externas a la relación, de que algo está sucediendo con esa pareja.

Las agresiones psicológicas podrían describirse como las repercusiones de las interacciones entre las agresiones físicas y verbales. Escuchar, sentir y vivir relaciones que contiene elementos de agresión llevan al surgimiento o, en algunos casos, empeoramiento de malestares psicológicos en uno o los dos miembros de la pareja. Una persona viviendo en estas circunstancias puede experimentar un enfermedad depresiva, y en caso de tener presente este conflicto experimentar un incremento en la intensidad del mismo. El consumo de alguno sustancia también es un conflicto psicológico asociado a estas relaciones, de estar presente se agudiza y, de no estarlo, es una posibilidad latente.

Podría pensarse que si no hay golpes no hay agresión o que si no hay insultos fuertes no hay agresión tampoco. Es importante reflexionar sobre lo que sentimos cuando nos dicen ciertas frases o palabras. Esto es porque una pareja, muy posiblemente, tendrá acceso a cuestiones muy íntimas de nosotros y, por lo tanto, sabrá que puntos débiles podemos tener. Lo anterior lleva a que si una pareja es una pareja conflictiva la otra persona sepa que decir para lastimarnos. Tal vez a una persona no le duela que le digan que es obesa pero puedo que a otra si.

Es en la sutileza de lo que sucede en las relaciones de pareja donde se puede encontrar aquello que potencialmente puede lastimarnos. Las agresiones con violencia en altos grados son un paso en una serie de agresiones que probablemente hayan escalado en nivel de violencia. No es necesario tener un brazo roto para que haya agresión en una pareja.

La pareja, ¿quién arremete y quién es agredido?

A pesar de que hay quienes pueden estar conscientes de la agresión existente en su relación continúan en ella. Hay quienes no lo notan. A pesar de ello estas personas comparten muchas características que tal vez noten, y otras tantas que no. Algunas de las características de la gente que es agredida, que se mantiene en estas relaciones a pesar de todo son:


-Pensar y sentir que son responsables de la otra persona, de sus sentimientos, pensamientos, acciones, elecciones, necesidades, bienestar y malestar, presente, pasado y futuro de sus vidas.

-Sentirse ansiosos y culpables por los problemas del otro.

-Sentirse con la necesidad de ayudar a la otra persona a superar sus problemas, de cubrir sus necesidades aunque no se los pidan y además sentirse frustrados, tristes y molestos si no logran solucionar los problemas o cubrir sus necesidades..

-Personas que hacen cosas que en realidad no desean hacer. No saben decir no y eso los lleva situaciones que se alejan de sus necesidades, deseos y bienestar. Esto puede llevarlos al punto en que en realidad ya no saben que es lo que ellos, y no otro, desea o necesita. ¡Complacen a los otros pero ya no saben como complacerse!

-Sentirse enojados, tristes y decepcionados porque la gente no hace lo mismo por ellos. Pierden la capacidad de recibir del otro porque están centrados en dar inagotablemente de si mismos. En ocasiones esto los lleva a culpar a los otros por sentirse como se sienten, pensando que el control de sus vidas no depende tanto de ellos como de esa otra persona.

-Sentirse victimizados, usados y menospreciados.

-Culparse y criticarse por todo lo que se sucede o tiene que ver con ellos. Sienten que nunca son lo suficientemente buenos con las otras personas. Lo anterior puede llevar tanto a que sientan que ningún halago puede ser para ellos y los rechazan y por otra parte tomar todo muy personalmente y sentirse ofendidos y mal por cualquier crítica.

-Vigilar a su pareja para tratar de encontrarla haciendo algo que no debería estar haciendo. Lo pueden llegar a hacer hasta niveles que podrían considerarse una obsesión, dejando de pensar en cualquier otra cosa que no sea su pareja, dejando su rutina diaria para adaptarla al otro o a la vigilancia del otro.

-Ignoran que tiene un problema en su relación o simplemente lo niegan. En caso de que estén conscientes de que existe el problema es posible que e digan a si mismos que no es tan malo como parece. Pueden mentirse a si mismos a pesar de que contemplen como sus problemas continúan creciendo.

-Tienden a apegarse demasiado a las personas y a sentir que su felicidad depende exclusivamente de estar con ellos. Por lo tanto, sienten un gran temor de perder a las personas y hacen lo imposible por permanecer con ellas. Toleran abusos para seguir con la gente y piensan más si en el otro los quiere que si ellos quieren a ese otro.

-No dicen lo que siente, no sienten lo que dicen y no saben lo que sienten.

El Agresor.

Antes de describir cuales pueden ser las características principales de una persona que ataca activamente en una relación es importante hacer una aclaración. Esta es que en una relación de este tipo, en una relación con tantas problemáticas, es imposible identificar quien es quien, quien arremete y quien es agredido. Los papeles cambian constantemente y quien en un momento es la víctima pasa a ser el victimario sin previo aviso. O bien puede ser que en ciertas circunstancias cada uno de los miembros tome un papel diferente.

Por lo anterior podemos decir que si bien cada uno de los miembros de la pareja tiene características diferentes, tendrán también algunas similitudes.

Una historia reciente


Existen frases que hemos escuchado muchas veces, frases que nos parecen simples o demasiado comunes para tomarlas en cuenta. Al menos así me pasa a mi con algunas de ellas. A lo largo de los años algunas situaciones me han enseñado a no pensar tanto de esa manera, a reconsiderar mi actitud hacia dichas frases. Hace poco reconsideré una frase por una situación en específico. La frase: Las apariencias engañan. La situación: el caso del asesino de Monterrey, Diego Santoy.

¿Quién iba a pensar que sucedía en la casa donde se dieron los homicidios? Es una casa como las hay muchas en una zona residencial de Monterrey. Varias habitaciones, espacio en el garage para guardar los autos de la familia; una fachada como cualquier otra sin lugar a dudas. La familia que vivía en ella era una familia como muchas otras, cuatro hijos y una madre viviendo bajo el mismo techo.

Pero, como les mencionaba: las apariencias engañan. En esa casa normal esa familia normal ha vivido, y sigue viviendo una situación extraordinaria, y lo es en tanto que es una tragedia de gran magnitud. En esa casa normal a esa familia normal le ha tocado en suerte vivir la experiencia de que los dos habitantes más pequeños fueran asesinados, y una de las hermanas mayores herida de gravedad. Esa familia ha tenido que vivir una muerte inesperada, trágica y violenta.

La sorpresa llega a otro nivel cuando llega el resto de la información sobre el caso. El asesino de los dos pequeños y agresor de la hermana mayor no es otro que el ex novio de la sobreviviente. ¿Y quién o cómo era esta hombre? Nadie fuera de lo común. Se trata de Diego Santoy, un estudiante de ingeniería de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Veintiún años de edad, posición económica estable, una apariencia y estilo de vida que a nadie le llamarían especialmente la atención y que nadie consideraría peligrosos ni para si mismo ni para quiénes lo rodean. Una persona común, aparentemente me refiero, cometiendo actos inusuales, de una magnitud tremenda y de características criminales y psicopatológicas.

El caso se ha convertido en todo un evento para los medios de comunicación. Todo un circo se ha organizado alrededor del crimen. Por un lado entrevistan al asesino, por el otro a la víctima. Algunos opinan que él es totalmente culpable, otras voces señalan hacia una posible complicidad de la presunta victima. El contenido de la noticia se refiera a cuestiones tan importantes y tan personales para tantos que es imposible que una comunidad no se estremezca y que los medios que la informan no la aprovechen para obtener beneficios comerciales.

El circo alrededor del caso no ha dejado conocer algunos datos, si bien no definitivos ya que el caso no ha sido cerrado. Sabemos que hay dos niños muertos, una joven herida y con secuelas de por vida por dichas heridas, que una trabajadora doméstica fue secuestrada por algunas horas, que un hermano ayudó al presunto asesino a escapar a Oaxaca para intentar llegar a Guatemala, que el asesino fue detenido y llevado Monterrey, que existen dos versiones de la historia; una en la que el asesino es Diego y solo él (defendida por los Peña) y otra en la que Erica también participó (defendida por los Santoy).

Los anteriores solo son algunos datos, ni siquiera cuentan con el respaldo de la precisión total ni con el respaldo de un dictamen judicial. Es por eso que más allá del circo de medios, de los datos dudosos y de la superficie del caso debemos reflexionar en torno a algunas cuestiones importantes que se encuentran a pocos centímetros de dicha superficie. ¿Qué tan comunes son los Diego Santoy? ¿Qué características tiene una persona que llega a esto? ¿Qué características tiene una relación que llega a un final de este tipo?

La última pregunta tiene una relevancia especial. Si bien no sabemos el grado de participación de Erica en la muerte de sus hermanos si sabemos que la situación se derivó de la terminación de un noviazgo con el presunto homicida. Por lo anterior podemos sugerir que la relación entre Erica y Diego es uno de los factores que llevó a que una situación tan lamentable se diera. Y de hecho, algunas de las características de la relación entre ellos empiezan a saberse y confirman esta idea de que la relación tenía cualidades que no hacían tan improbable y poco común el escenario final.

Se nos dice que Diego era posesivo, violento, celoso y controlador. El grado en que demostraba estas características era extremo. Por lo que sabemos le pidió a Erica que se alejara de sus amigos y amigas, que ya nos los frecuentara, hasta el punto en que solo salía con él y en caso de no ser así la espiaba o seguía a todas partes. De hecho Erica señala que en una ocasión Diego le robó el teléfono para que nadie, excepto él, tuviera su número y le pudiera llamar. La violencia física estuvo presente aunque fue la verbal y la demostrada a través de estas actitudes la que nos deja ver que, tal vez, se trataba de una muerte y un crimen anunciados.

A pesar de lo señalado anteriormente hay que darle parte del crédito a Erica. Cuando en una relación se dan situaciones como las anteriores es común culpar solo al agresor, por la llamarlo de una manera. Pero la verdad es que no solo es esa parte activa y agresora de la relación la que tiene severos problemas. Permitir que todo eso suceda, manteniéndose inactivo ante tanta agresión también es indicador de que algo no anda del todo bien en la situación emocional de esa persona.

Cuando A y B se suman el resultado es A más B y ese A más B es una posible relación destructiva y llena de dolor. La permanencia en las relaciones de este tipo puede prolongarse por mucho tiempo. Al tomar la decisión de terminarlas pueden llegar situaciones dolorosas. En el caso de Erica y Diego el final se antoja más trágico de lo común. Pero, como se ha dicho, lo común y las apariencias engañan. Pocas relaciones son tan destructivas como esta pero ello no implica que a menor destructividad se pueda permitir la continuidad.

Es importante aprender a reconocer las características del otro, de uno mismo y de la relación que nos indican que algo no anda del todo bien. Las consecuencias pueden no llegar a los extremos señalados pero, quién sabe que tan lejos pueda alguien y nosotros mismos llegar. La respuesta no está en el aire sino en uno mismo. Hay que mirarnos más allá de las apariencias, las apariencias engañan.

El largo recorrido de los Chili Peppers


Hablar de una banda como los Red Hot Chili Peppers es entrar en el terreno de las leyendas del rock. Han existido desde hace 23 años a pesar de las cambiantes tendencias en el mundo de la música pero sobre todo a pesar de ellos mismos. Anthony Kiedis, su vocalista, menciona que se han esforzado mucho para desintegrar la banda pero que aparentemente existe una fuerza mayor que los mantiene juntos.

Adicciones a la heroína y a la cocaína, la muerte por sobredosis del guitarrista original (Hilel Slovak), la salida y entrada interminable de sus miembros durante los primeros diez años, bajas ventas de sus primeros tres álbumes y fuertes peleas entre ellos parecen no haber logrado deshacer un grupo que parece unido muy a pesar de sus miembros.

Veintitrés años después estos cuatro hombres se encuentran en el momento más álgido de su carrera. En tan solo unos meses han vendido millones de copias de su nuevo álbum, Stadium Arcadium, solo en Estados Unidos. Pero más allá de ese éxito este gran momento se debe también a la situación personal de sus miembros. Anthony y John, ambos con severos problemas de adicción a la heroína, llevan más de 8 años sin consumir drogas. Además, por primera vez en todos estos años, todos tienen relaciones de pareja estables y sólidas. Incluso Flea, su bajista, está por casarse, y tanto él como Chad tiene hijos recién nacidos.

Encontrar la estabilidad personal ha significado para esta banda encontrar sus mejores momentos creativos. Ya a principios de los 90, cuando John Frusciante y Chad Smith entraron al grupo, Anthony estuvo sin consumir por tres años. Estando todos sobrios lograron crear su primer álbum exitoso: BloodSugarSexMagik. El tiempo le ha dado a este trabajo la posición de clásico del rock vendiendo más de 7 millones de copias en Estados Unidos y colocando en la memoria colectiva de varias generaciones canciones como Give it away y Under the bridge.

Este feliz momento de claridad no duró mucho más y con el éxito económico y musical vinieron de nuevo las drogas. La situación se complicó tanto que en 1992 John decidió dejar al grupo a mitad de la gira diciendo que era por su propio bien ya que el nivel de consumo que existía en esos momentos lo terminaría por matar. Y tal vez John no estaba tan lejos de la realidad porque en 1987 Hilel Slovak murió por una sobredosis debido a los niveles de consumo de heroína de él y de Anthony.

Durante 7 años John desapareció del panorama de la música de ventas masivas. Se encerró en su casa esperando así lograr dejar las drogas. En realidad se terminó en 3 años todo el dinero ganado en su primera época con los Chili Peppers. Esos tres años le significaron los momentos más riesgosos de su consumo de drogas llegando incluso al extremo de quemarse un brazo en un viaje de heroína. En entrevista con la revista Q señala que su cuenta bancaria llegó a ceros , hasta el punto que tuvo que decidir entre conseguir más heroína o una hamburguesa con sus últimos 10 dólares. El resultado musical de esos años son dos raros álbumes en los que es notoria la desorientación personal de John aunque su genio musical siga presente. Con raras letras y sonidos creó Usually just a T-shirt y Niandra Lades.

Los tres miembros restantes continuaron con los Chili Peppers y en 1995 lanzaron One Hot Minute con Dave Navarro en la guitarra. El sonido de la banda cambio y también las emociones que encerraban las canciones de esa obra. Sin duda la crisis personal había llegado a afectar su música y de nuevo las ventas cayeron (de 7 a 2 millones). Dave Navarro dejó al grupo en 1997 por conflictos con sus compañeros. El grupo se encontraba en peligro de desaparición pero la vida le tenía todavía bastante más historia a este cuarteto.

Cada uno por su lado, pero al mismo tiempo, John y Anthony dejaron las drogas y empezaron procesos de cambio personales profundos. Anthony se encontró a si mismo viajando, John haciendo música. El resultado: el reencuentro de los cuatro en 1998 para iniciar las sesiones de grabación de lo que se convertiría en Californication, su álbum más exitoso a la fecha, con más de 10 millones de copias vendidas a nivel mundial. Con John y su salud de vuelta los cuatro músicos lograron encontrar un nuevo sonido y una nueva dirección para sus vidas y sus carreras.

De 1999, año de lanzamiento de Californication, a la fecha han lanzado dos álbumes con temas inéditos, By the way (2002) y Stadium Arcadium (2006), y dos recopilatorios, Greatest Hits (2003) y Live in Hyde Park (2004). También han tocado alrededor de todo el mundo llenando todos sus conciertos, incluyendo a la ciudad de México en dos ocasiones (1999 y 2002).

En 2004 Anthony Kiedis publicó una autobiografía llamada Scar Tissue, mismo nombre de uno de sus grandes éxitos. En esta libro narra episodios de su infancia y adolescencia que nos ayudan a entender mejor el porque de su caída en el mundo de las drogas, al igual que los momentos que lo llevaron a encontrar su camino a la recuperación y a si mismo. Hijo de un vendedor de drogas para las celebridades de Los Angeles Anthony entró en ese mundo desde los 11 años cuando su madre lo envía de Michigan a vivir con su padre a LA. Anthony describe episodios terribles en los cuales su padre incluso lo utilizaba para transportar drogas.

El camino de Kiedis a la salud ha sido largo y difícil. Desde una adolescencia destrozada por un padre adicto hasta la recuperación total a los 37 años de edad. El resultado de este camino hasta este momento parece benéfico para él. Esta limpio y es feliz. Y él junto con sus Chili Peppers se han convertido en la leyenda de la banda que no puede ser desintegrada, de la banda que ha sobrevivido la muerte y la agonía de sus miembros. En fin, una banda de sobrevivientes que dan testimonio de que la salud y la sobriedad son posibles y tienen grandes resultados.