Dioses y mitos del alcohol

Nietzsche hace una interpretación de este dios que va más allá de su significado ordinario, de la descripción de sus atribuciones mitológicas, y considera que con esta figura mítica los griegos representaban una dimensión fundamental de la existencia, que expresaron en la tragedia y que quedó relegado en la cultura occidental: la vida en sus aspectos oscuros, instintivos, irracionales y biológicos: lo dionisiaco.

Regresando a mitologías y ritos más cercanos al país donde vivimos podemos mencionar no sólo a uno sino a más de cuatrocientas deidades relacionadas con el alcohol y la embriaguez. En primer lugar estaba la diosa Mayahuél, diosa del maguey y de la embriaguez. Nacer en un día dominado bajo el signo de esta diosa era un mal augurio, dos elementos de su representación gráfica (dos cuerdas y un ropaje de algodón) representaban al adulterio y la perdición. Esto se relacionaba con la visión que el pueblo Mexica tenía de la embriaguez. Era un delito penado incluso con la muerte, y se le permitía sólo a los ancianos.

Mayahuél estaba casada con Patécatl, éste era dios de algunas hierbas que necesitan ser adicionadas al aguamiel de agave para que se obtuviera el pulque, también era el dios descubridor del peyote. Sus hijos eran los Centzon Totochtzin, o los cuatrocientos conejos de la ebriedad. A ellos se sacrificaba a los ebrios que se encontraban intoxicados. Ometotchtli era el líder de estos conejos de la ebriedad y era dios del pulque.
Macuil-Tochtli, el cinco conejo, era el dios de la ebriedad. Su nombre se relacionada precisamente con eso. El conejo era símbolo de ebriedad y el 5 del exceso. Era parte del quinteto de dioses de los excesos junto con Macuilcozcacuauhtli, el Cinco Buitre, Macuilcuetzpalin, el Cinco Lagarto, Macuilmalinalli, el Cinco Hierba y Macuilxóchitl, el Cinco Flor. Este quinteto era llamado el Ahuiateteo.
La relación del alcohol con la humanidad ha sido muy cercana desde siempre. Como podemos ver, las relaciones del alcohol con la dimensión mítica y religiosa de la construcción humana de la realidad son realmente íntimas. A pesar de esta relación cercana e íntima en toda sociedad deben y han existido controles para el consumo de las sustancias en general, y específicamente del alcohol. Todas estas figuras religiosas estaban presentes en relatos, o bien eran protagonistas de los mismos, en que quien consumía alcohol en exceso era castigado o sufría alguna sanción. En las etapas de la historia de la humanidad en las que la división entre los poderes del estado y la religión no estaban diferenciadas estas historias cumplían con las veces de las leyes para la sociedad actual. Y las leyes propiamente dichas que existían estaban siempre impregnadas de un aura de misticismo.
Actualmente contamos con leyes que sancionan el consumo excesivo de alcohol en determinadas circunstancias, como por ejemplo cuando se conducirá un vehículo. También contamos con leyes que sancionan quién, a quién, dónde, cómo, con qué permisos y en qué fechas se puede vender y comprar alcohol. Sin embargo, muchas veces nos dejamos guiar más por ciertos conocimientos populares para empezar a consumir el alcohol y regular nuestro consumo que por las leyes y recomendaciones médicas. Son las leyes y la medicina los sustitutos modernos de este pensamiento mítico/religioso del que hablábamos. Pero, ¿realmente hacemos caso siempre de esos sustitutos modernos?
He aquí unas creencias, también llamados mitos populares, que contradicen directa y claramente a esas dos disciplinas modernas, supuestas sustitutas del mito:

Mito 1: Con café, unos tacos o con un baño se te baja la borrachera.
Realidad: Falso
El alcohol se elimina del cuerpo sólo por dos vías: sudoración/aliento y metabolizado por el hígado.
Mito 2: La cerveza o el vino emborrachan menos que el vodka, el tequila o el ron.
Realidad: Falso
Da lo mismo lo que tomes ya que estar borracho no depende del tipo de bebida sino de la concentración de alcohol en la sangre, si ésta es mayor que la que puede metabolizar el hígado entonces estarás borracho.
Mito 3: Si tomo poco, puedo manejar sin ningún riesgo.
Realidad: Falso
Aunque hayas tomado poco tu Sistema Nervioso Central ya ha sufrido alteraciones relacionadas con la capacidad de respuesta de los reflejos y la percepción del tiempo/espacio. Esto pasa desde la segunda copa.
Mito 4: El alcohol estimula.
Realidad: Falso
El alcohol es un depresor del SNC. Lo que hace en él es ir ‘durmiendo’ las áreas encargadas del control del comportamiento. Es esa la razón por la cual las personas se desinhiben y actúan diferente después de haber bebido.
Mito 5: Es importante que desde que somos chicos nos enseñen a beber.
Realidad: Falso
El consumo de alcohol en niños produce mayores daños. Esto es debido a su grado de desarrollo, peso, talla y alimentación. La tolerancia puede generarse más rápido si se empieza a beber desde muy joven. También los daños físicos que causa el alcohol son más notorios en quienes han bebido desde más jóvenes.
Mito 6: Beber sólo los fines de semana no hace daño.
Realidad: Falso
El daño que produce el alcohol no depende de cuando se toma sino de cuanto se toma. Es decir, no es cuestión de fechas sino de cantidad. Si una persona bebe para emborracharse durante el fin de semana tiene un problema similar a quien lo hace todos los días. La cantidad de alcohol consumida causará el mismo daño.
Mito 7: El alcohol daña por igual a hombres y a mujeres.
Realidad: Falso
El alcohol daña más a las mujeres. La razón de esto es que ellas generalmente son físicamente más pequeñas, pesan menos, poseen en menor medida la enzima que metaboliza el alcohol en el hígado y además tienen menor cantidad de agua en la sangre, haciendo que el alcohol circule con mayor concentración en la sangre. Entonces, si una mujer bebe la misma cantidad que un hombre la mujer se emborrachará más fácilmente, le durarán los efectos más tiempo y su hígado sufrirá más.
Mito 8: Hay gente que sabe tomar y aunque beba mucho de todos modos sigue sin emborracharse.
Realidad: Falso
Cuando una persona no muestra signos de intoxicación después de haber bebido mucho debemos preocuparnos. Eso se llama tolerancia y es uno de los criterios que se consideran cuando se habla de abuso y/o de adicción. El cuerpo de esa persona ya necesita más alcohol para sentir los efectos que antes mostraba con menos sustancia.
Mito 9: El alcohol combinado con Red Bull, o bebidas como esa, no se sube.
Realidad: Falso
Estas bebidas tienen una sustancia activa, la cafeína, que por su misma naturaleza de estimulante hará sentir alerta a la persona. De todos modos seguirá igualmente intoxicada y su cuerpo sufrirá los mismos daños que si no hubiera tomado esa bebida.
Para conocer cuales son las explicaciones que da la medicina a la intoxicación del alcohol revisa este blog la próxima semana.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal